Los usos de la palabra II

I - Las palabras prohibidas

No se qué palabra era. No llegué a escucharla. Pero la niña, de la mano de su abuela, repetía: "No voy a decir más esa palabra". Tal vez tendría cuatro años. La abuela le explicaba por qué. Aunque no llegué a escuchar las razones con mucho detalle, tenía el tono de quien imparte.

Iban adelante mío, caminando por la calle 15 de Abril, y junto a ellas estaban otras dos mujeres, más jóvenes. Una, creo, era la madre.

Se detuvieron en un negocio, y la abuela se despidió, sonriente. Satisfecha, creo, por su tarea.

¡Qué difícil, tan temprano, empezar a resignar palabras! Prometer no decirlas más.

II - La casa de palabras

El otro día, en Tarija, llegamos temprano a nuestro albergue muncipal, donde paramos, y aproveché para sentarme a leer. No tengo libros de poesía, pero sí algunas hojas sueltas. Entre ellas, una carpeta con poemas de Mercedes, que ella me obsequió hace dos años. Son poemas escritos leyendo a Madariaga. Y me invadió una gran emoción al leerlos.

Escribí algo cortito, esa noche:

Acostado en la cama, de viaje, en un lugar ajeno, aunque cómodo, sentí que es muy fácil construir una casa. Me alcanza con la poesía. En cuanto entro en ese mundo, me conecto no sólo con el imaginario del texto, sino también con muchos otros montones de lugares y momentos en los que leí poesía.

De pronto, con una acción mecánicamente tan sencilla, la lectura, se produce algo tan inmenso, tan intenso. Es una certeza de la maravilla, del asombro. Más exactamente, de la posibilidad misma de asombrarse.

Y es también un asomo, un asomarse. Porque el mundo, con la poesía, ensancha dimensiones, multiplica rincones, abre caminos. Hace inmensa la diversidad del universo. Y uno, que se queda en un pequeño punto del mapa, apenas, se sabe ínfimo y también capaz de caminarlo mucho, de recorrer, que hay mucho alrededor.

Me da ganas, ahora, de compartir la poesía con todo el mundo.

Va uno, como para darme el gusto.


Liviano el peso del perfume
Liviano el paso del cielo
Hoy.

Mercedes Mainero


III – Las comunicaciones interrumpidas

Comienzo a hablar de mails, en esta entrada. Habrá más.

Simplemente para algo que me llamó mucho la atención.

En Tarija, como ya escribí, trabajamos con unas 180 personas. A todas les dejamos los mails. Muchas se mostraron particularmente interesadas por tenerlos.

Ni una sola nos escribió. Aún cuando dijimos, aclaramos, que nos encanta que nos escriban, aunque sea para decir “Hola”, y más si es para compartir otras cosas. Que nos encantaría que puedan leer el blog y comentarlo. Que nos encantaría seguir conectados, comunicados.

Ni una persona. Hay razones varias, seguro, pero igualmente es llamativo. Y qué pena, sobre todo.

IV - El arte de la dedicatoria

Cuando hacemos regalos, las personas solemos escribir algo acompañando el acto. Unas palabras breves, en una tarjeta, en una hoja del libro, si es que es un libro lo que regalamos, en un rincón del objeto obsequiado, tal vez.

La dedicatoria es un género de escritura que me gusta mucho, y al cual, ahora que me pongo a pensar sobre el tema, le dedico un lugar que disfruto: muy en el presente, con espontaneidad y tratando siempre de dejar aparecer palabras distintas, disparadas, en general, por la persona a quien van dirigidas. Disfruto mucho de las escrituras dirigidas hacia alguien. En realidad, creo que siempre se escribe para otra persona. La escritura es una relación social, pero lo digo, esto, en el sentido más vinculado al afecto, al encuentro entre personas. Eso digo cuando digo relación social, y no el juego de posiciones que cierta antropología que me aburre enormemente se complace en usar aquí y allá.

Muchas veces, claro, las dedicatorias que me hacen no están marcadas por la misma relación con la escritura. Algo así pasó en Tarija, y paso a contarlo, como algo que me llamó la atención. Es un ejemplo más de situaciones que viví otras veces, pero valdrá también por otros.

El último día en Tarija, un grupo de los Amigos sin Fronteras (ver entrada Juventud, juventud) nos invitó a almorzar. Al terminar la comida, sacaron unas bolsas en las que habían traído regalos para nosotros dos. Y en uno de ellos, una pequeña plancha de cuero con una frase sobre la amistad, empezaron a escribir las dedicatorias, pasándolas de mano en mano.

No creo que tenga sentido reproducir literalmente los textos, pero había frases tales como “te voy a extrañar”, “sos una persona genial”, “TKM” (abreviación de “te quiero mucho”) escritas incluso por gente que habíamos conocido esa misma tarde. La sensación era de que esas mismas frases, quizás con ligeras variaciones, deben estar en todas las dedicatorias, sin importar demasiado a quién. Como si hubiera un repertorio (me gustó acá esta palabra) en el que, según el humor, el azar, y algo de la persona a quien va destinada la dedicatoria, se buscan elementos para armar el texto.

Y no es que todos lo géneros conversacionales y géneros de escritura no tengan repertorios o fórmulas. Simplemente que éste me resulta un tanto acotado, y con una referencialidad llamativa: ¿realmente podrían asegurar que nos quieren mucho? ¿Qué significa esto?

No estoy juzgando la verdad o falsedad de los enunciados, no. Simplemente marcando como ciertas frases que, si las tomamos literalmente, tienen un gran peso, pueden usarse de manera más formal, automática, en ciertos contextos.

Y tampoco estoy juzgando la existencia de lenguajes formularios, de frases hechas. Que son necesarias, y mucho. Simplemente me pregunto, ¿qué pasaría si hubiera posibilidad de comunicarse de otra manera en estos contextos, de aprovechar realmente el poder que tiene el hecho de hacer un regalo? Y, ¿por qué no se escribe de otra manera, por qué se usa este lenguaje? ¿No está la costumbre? ¿No están las palabras? ¿Hay miedo de relacionarse de otro modo?

Una aclaración más: nada de esto quiere decir que no nos gustaron los regalos, y menos el gesto: fue algo hermoso, e inesperado. Simplemente es una reflexión sobre los usos de la palabra. Por algo está en esta entrada.

Muchas veces pienso que lo más potente de un taller de escritura tiene que ver con enriquecer escrituras más cotidianas, comunicaciones de todos los días: un mail, un mensaje que se deja avisando que no se vuelve a comer, una invitación a un cumpleaños. Una dedicatoria de un regalo. Y no necesariamente un poema, un cuento, una novela. Creo que eso nos enriquece mucho más la vida.

Vuelvo a la frase que tanto me gusta, de Gianni Rodari: “todos los usos de la palabra para todos, no para que todos seamos escritores, sino para que nadie sea esclavo”.

V – Algo hermoso

Unas palabras, un poema que me compartieron hoy por mail. Y que me emocionó.

Como no pedí autorización aún, lo publico anónimo. Luego se verá si va con nombre o no.

Como sea, y siguiendo con lo anterior, me parece un hermoso lugar para que exista. Y de paso me saco otro gusto y comparto con ustedes.


no hay línea más perfecta
más certera, endeble y profunda
lejana y constitutiva
que la pincelada azul
pleno
del horizonte marino

mis ojos se deslizan
livianos
por ella


Paloma Herrera (ahora ya recibí la autorización, claro que no es la bailarina, sino una amiga)

VI – Otro algo hermoso

Esto me lo escribió mi viejo antes de salir, por mail también (qué medio potente, ¿no?). Y le pedí que me lo imprima, así me lo llevaba. Lo tengo en un sobre papel madera, pequeño, doblado. Y lo abro cuando quiero la certeza de que las certezas no existen. Cuando quiero una voz grave que me lleve al mar. Cuando quiero un abrazo.

También publico sin autorización, pero no puedo evitar la referencia, ahora, no puedo decir que no es de él. Aparte, como para que vaya asumiendo su condición de poeta.

Un viaje. Muchos viajes

Toparse con puertas desconocidas ,imaginadas, otras .
Elegir caminos, dejar espacios.
Transfigurar imágenes.
El pasado descubierto, recreado, fundido con nuevas historias.
Cruzar ríos. Salir mojado . Secarse. Ser otro.
Alguien, otro, alguna, muchos .Todos. Encontrarse, compartir.
Reir, llorar, extrañar.abrazar mover leer .Estar. No estar
Solo? Ahora pasa. Me encontré conmigo. Buena compañía.
Viajar leyendo, contando,cantando, musiqueando.escuchando .
y el lugar, las hojas, la tierra, los árboles, los pájaros, un bicho.
Oler , ver , mirar, escuchar, sentir.
Susurrar el silencio de otros,
Miedo. Hambre. Me emborraché.
Alguien para amar por un ratito . Me amó y se quedó . Yo seguí. La volveré a encontrar?.
Puede que todo esto sea un viaje puede que sea otro.

5 comentarios:

  1. ¡Qué hermoso escrito, poeta! Leo sus palabras y las hago propias. Tan acertadas, tan reales, tan vividas...muchos de sus versos describen mis sentimientos. Y voy errante por la vida, en soledad. Espero que autorice más publicaciones...estimo que sus versos pueden conmover a muchas personas.

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  2. Anónimo
    Me alegra y me emociona que las palabras hayan llegado.
    josé

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  3. Siempre quise saber en qué momento escribe un poeta. Si cuando está triste, solo, alegre, decepcionado, enfurecido o simplemente reflexionando. Supongo que los versos surgen en cada uno de esos momentos, que no hay distinción, que aparecen. A mí , que me fue negado el don de la escritura poética, me emociona saber que hay gente como Ud, que puede expresar sentimientos propios y ajenos, tan puramente escritos. Me atrevo a sugerirle que publique más de sus poemas. Solo para deleite de quienes leemos este blog. Saludos !!!

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  4. No puedo evitar leer nuevamente este escrito y en la soledad de esta noche acabo de descubrir las líneas que me movilizan:(..) Alguien para amar por un ratito . Me amó y se quedó . Yo seguí.
    La volveré a encontrar? (...)

    Duras por lo de "un ratito", reales por "me amó", inciertas por "la volveré a encontrar".
    En esos versos resume muchos sentimientos,José.

    Por otra parte:¡¡Qué mágico reconocerse en las palabras!! Aunque sean las ajenas , aunque hayan sido pensadas por otros y en otras situaciones. Creo que eso es lo maravilloso de la literatura, sentirla y hacerla propia.
    También un día me tocó partir, pero no de un lugar, sino de una vida y también me tocó llegar para dejarme amar por un ratito.

    Como diría nuestro compatriota Sábato:"Lo esperado no sucede, es lo inesperado lo que acontece."
    Y mucho de lo inesperado es lo que nos cambia el sentido de la vida. ¡Saludos! y gracias nuevamente...

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  5. pena...

    la simple sensacion de no haber pasado tu por camino.
    leo y releo,
    pienso y me vuelve la simple sensacion de no haber pasado por tu camino,
    ¿nadie dijo nada?
    si Gonzalo escribio su primera poesía en mi clase,
    ¿que serán de los pies de Paul?
    ayer me dijo Gonzalo que no volvio a escribir
    leo de nuevo tu informe,
    ¿ni siquiera Vane dijo que tubo otro profe?
    ella que no entendia muy bien los secretos
    del arte del cemento y el hierro,
    aunque si conocio el sudor de la pala y sospechó lo que se cansa el obrero.
    leo de nuevo,
    ¿que he dejado en valdocco?
    me vuleve la pena de la cabeza al corazon,
    del impenetrable a resistencia.
    yo simplemente queria,
    yo simplemente soñaba
    yo simplemente decia
    tu que hablaste de la poesía y yo que intento ser poeta,
    ¿nadie díjo que hubo un profe antes que vos estubieras?
    ni las cartas a los alumnos de Longchamp que fueron y vienieron y ya no van a regresar.
    ni las poesias apenas garabateadas,
    peinadas en la compu.
    soñando entrar en el libro que quise pero no fué,
    ¿Ivan tampoco dijo nada, Alexis, Mica?
    ¿estaré marcando un número equivocado?
    solamente queria que no se dejen llevar,
    por las corrinetes que no van a ningun lugar,
    que la poésia no séa el pensamiento aburgesado,
    sino el espiritud de las manos,
    pero las que reconocen al hermano y las que se escriben destinadas a ser borradas, porque el codo muschas veces en el monte es el que manda.
    es cierto que que parezco desesperado,
    me da la sensacion de nunca haber estado,
    ya no soy un "valdoquito" por que he estado enseñando que la poesia es completa cuando tambien es reclamo,
    dime, y por favor no me mientas,
    ¿nadie dijo nada cuando hablaste de poesia?
    yo que hice tu camino,
    lo digo con humildad,
    llevate los resultado, pero decime la verdad,
    que quiero matar la pena que me causó tu relato
    por la simple sensacion de creer haberlo soñado.
    para que valga mi pena jugarme como me he jugado.

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