Las herencias I

En este caso, las de la casa, las de la familia, las de las madres, más particularmente.

Tanto Lechu como yo tenemos madres docentes. Que han sido maestras en aula (compartiendo escuela, incluso, y de hecho allí se conocieron) y luego trabajado desde una perspectiva más macro, en políticas educativas o llevando adelante pedagogías al nivel de una escuela.

En ambas casas, siempre se habló de educación. Y en conversaciones en las que participaba toda la familia, cada uno desde su lugar. Se hablaba, entre otras cosas, acerca de los modelos posibles de escuela (incluso hipotetizando con una sociedad cerrando las escuelas) de autonomías, formaciones, de qué significa el concepto de educación, de cómo enseñar, de por qué enseñar. Entre muchas otras cosas.

Se hablaba (se habla, el pasado es porque el año pasado me mudé fuera de la casa familiar) en la mesa de la cena, en las vacaciones, en viajes en subte .Trayendo situaciones que nosotros vivíamos en las escuelas., escenas que leíamos en los diarios, ejemplos que traían ellas del ámbito del trabajo. También en la familia ampliada (la familia de los amigos) en la que todas las mujeres trabajaban también en educación.

Recuerdo conversaciones más o menos apacibles en mesas de celebración de cumpleaños o año nuevo, en las navidades que muchas veces pasamos todos juntos (incluso el año pasado) en Brasil, de viaje veraniego.

Una formación intensiva, para nosotros. Con una seria interacción entre la teoría y la práctica, entre los conceptos y la vivencia. Con un proceso profundo y largo: toda nuestra trayectoria educativa puesta en juego para pensarla juntos.

Mercedes me lo dijo siempre, a mí: no puedo no ser docente, haga lo que haga. Y lo mismo pasa con Lechu, claro, y ni hablar con Juli (con quien también hemos compartido muchos talleres, qué maravilla, ahora que me doy cuenta) y con mi hermanito el Oso, maestro recibido el año pasado. Y pensar que hasta ahora nunca laburamos juntos en estas movidas (una deuda, che, ya vendrá)..

Hablábamos el otro día con Lechu de cómo toda esta herencia es una preparación intensísima, que va más allá de cualquier trayectoria académica. Podemos haber estudiado o no didácticas, pedagogías, en instituciones, pero hay algo que está, muy fuerte, tanto en nuestra formación como en el camino que elegimos.

Nuevamente, digo, bienvenido.

6 comentarios:

  1. Hace un tiempito leí alguito sobre la herencia,y dije, en algún momento lo compartiré con los chicos. Llegó el momento.Elisabeth Roudinesco, historiadora de psicoanálisis menciona la idea de que la mejor manera de ser fiel a una herencia es serle infiel, es decir, no recibirla literalmente, como una totalidad, sino más bien pescarla en falta, captar su " momento dogmático". Esto lo dice en un diálogo con Derrida, filósofo,a quien entrevista.Derrida desarrolla sus ideas al respecto.Sólo transcribo algo:"primero hay que saber y saber reafirmar lo que viene antes de nosotros, y que por tanto recibimos antes incluso de elegirlo, y comportarnos al respecto como sujetos libres,es preciso hacerlo todo para apropiarse de un pasado que se sabe que en el fondo permanece inapropiable.Reafirmar significa no sólo aceptar dicha herencia, sino reactivarla de otro modo y mantenerla con vida."
    Me gustó, para pensar... las herencias que ustedes recibieron, reciben, a las cuales le son fieles e infieles a la vez, las cuáles transforman....Es la vida... Y qué bueno que así sea....
    Abrazos. silviaP.

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  2. Gracias Sheibe

    Sabés que justo ayer, o anteayer, hablábamos con Lechu acerca de esta infidelidad. Que es necesario un desplazamiento, un movimiento, para que siga fluida la transmisión. Que seguramente como psicopedagogos o pedagogos trabajando en el Ministerio de Educación no podríamos tener la libertad que tenemos, como docentes, trabajando así.

    Además, la necesidad de las otras ramas: la música, la literatura, el deporte, el viajar, la antropología, tantas cosas ahí dando vueltas. Incluso, pienso, el trabajar de camarero, en cosas que no tienen nada que ver. Es parte también del camino.

    Ahí vamos, entrelazando

    Un abrazo

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  3. Muchas veces hablamos con mi madre o con personas que me preguntaban cómo me formé y hablábamos de que hay muchas cosas que sé, muy profundamente y no se bien por qué.
    Todo lo acá escrito me resuena y me expresa muy profundamente, también hablamos ayer de los jardines y las primarias a las que fuimos. Muchas cosas que están sabidas en el cuerpo, desde chiquitos, y no sólo por charlas, también por la constante experiencia.

    Muchas gracias.

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  4. Hola, chicos!!! (disculpen, pero para mí seguirán siéndolo y eso no significa nada más que el sacudón de emocionarme cuando leo a esos bebitos, nenitos, adolescentes que ahora me conmueven tanto...) Trataré de sintetizar, porque esto va para varios escritos (que leí por mail, porque el de "qué lindo que es cantar! no lo encontré en el blog... es que todavía no domino bien la cosa... Bueno, que todo eso me llega mucho, y selecciono: el canto (algo que siempre hice y que sólo en los últimos años empecé a estudiar), la educación (mi profesión, a la que llegué por casualidad y que me atrapó). En fin, modos en que nos damos vuelta, como una media, y dejamos ver nuestra trama interior... (mejor voy buscando una metáfora sin olor a queso...). Besísimos a ambos... Mónica B

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  5. Gracias Moni!

    Y nada de disculpas por decirnos chicos. Es parte, también, del camino.

    Muchas muchas gracias por tan lindas palabras. Acá andamos, siguiendo las huellas, y andando nuevas.

    Un abrazo grande

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  6. me gustó esto de las infidelidades, los desplazamientos. Porque si bien es verdad que uds mamaron desde chiquitos la pasión que tenemos por la educación Silvia, Moni y yo, (que remedio, uno transmite las pasiones, para bien o para mal) tambien es verdad que cada uno de uds le dan otro sentido, otra perspectiva,otra mirada, y eso está buenisimo. y nos enseñan y uds mismos nos transmiten otras pasiones. y sigue la rueda....
    los quiero tanto

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