Vamos y volvemos. Y baja un montón. Y volvemos distintos, a veces al mismo lugar pero desde otro.

Recorremos el mismo recorrido pero con otro recorrido, recorrido.

Vibran más lento las cosas.

Y hay rutinas más cortas y más largas, hay cosas que pasan cada mucho tiempo y vuelven a pasar después de mucho tiempo y volvemos a ir y volver y a soltar y volver más livianos.

Y estamos solos y estamos juntos; también en un camino parecido que a veces está más junto y otras más separado y se vuelve a juntar y a separar mil veces.

Y haciendo caminos distintos se llega al mismo lugar pero desde otro y en el encuentro se mueven las cosas, se comparten, se modifican y se encausan con fuerza para generar otros encuentros.

Año nuevo

Gratitud

Gracias aroma
azul,
fogata
encelo.

Gracias pelo
caballo
mandarino.

Gracias pudor
turquesa
embrujo
vela,
llamarada
quietud
azar
delirio.

Gracias a los racimos
a la tarde,
a la sed
al fervor
a las arrugas,
al silencio
a los senos
a la noche,
a la danza
a la lumbre
a la espesura.

Muchas gracias al humo
a los microbios,
al despertar
al cuerno
a la belleza,
a la esponja
a la duda
a la semilla,
a la sangre
a los toros
a la siesta.

Gracias por la ebriedad,
por la vagancia,
por el aire
la piel
las alamedas,
por el absurdo de hoy
y de mañana,
desazón
avidez
calma
alegría,
nostalgia
desamor
ceniza
llanto.

Gracias a lo que nace,
a lo que muere,
a las uñas
las alas
las hormigas,
los reflejos
el viento
la rompiente,
el olvido
los granos
la locura.

Muchas gracias gusano.
Gracias huevo.
Gracias fango,
sonido.
Gracias piedra.
Muchas gracias por todo.
Muchas gracias.

Oliverio Girondo,
agradecido.


(también nosotros, a Oliverio, que escribió el poema, y al mundo)